Para empezar diré que no tengo nada en contra del fútbol. Me gusta jugarlo y me gusta ver algunos partidos, sobre todo en buena compañía. Tampoco me molesta que una empresa (como un equipo de fútbol) le pague una cantidad enorme de dinero a alguien, porque si lo hace se supone que es porque sacará unos beneficios que compensan esos gastos. Lo que sí me molesta es que esas empresas puedan deberle más de 750 millones al Estado por no pagarle a Hacienda mientras que se hacen recortes en Ciencia, Educación o Sanidad. O que en las noticias, la sección de Deportes (fútbol principalmente) ocupe más que el resto de secciones juntas, y que se hable de Ciencia de tarde en tarde. Pero la gota que colmó el vaso fue cuando leí hace unos días en distintos medios una noticia que decía que los futbolistas son más inteligentes que el resto de la población, según un estudio científico.
Los titulares que más me han llamado la atención al respecto de la noticia son los siguientes:
«Elite Soccer Players Are Smarter Than You Are» (Wired) [«Los futbolistas de élite son más listos de lo que tú eres»]
«Footballers in top two per cent of brain power » (Mail Online) [«Los futbolistas entre el 2% de quienes tienen más poder cerebral»]
«Top Soccer Players Are Seen to Have Superior Brain Function» (New York Times) [Los mejores futbolistas tienen un funcionamiento cerebral superior»]
Al leer los titulares, uno podría pensar cuántos genios se pierden pegando patadas a un balón en lugar de estar empleando toda esta inteligencia en otras cosas. Otros podrían pensar que demuestran lo inteligentes que son por llevarse toda esa pasta por jugar a lo que les gusta, y trabajar un par de horitas al día en los entrenamientos. La verdad es que cuando uno ve el comportamiento de algunos futbolistas, sus palabras en las ruedas de prensa, las declaraciones tras los partidos («Hemos perdido porque no hemos ganado»), o las frases de los ex-futbolistas cuando se convierten en comentaristas deportivos («Si va dentro es gol»), uno piensa inmediatamente en todo lo contrario.
Decidí ir a la fuente de la noticia, al artículo científico, a ver qué decía. Para empezar, el título no tenía mucho que ver con los titulares anteriores. El artículo, publicado en PLoS ONE, se titula «Executive Functions Predict the Success of Top-Soccer Players» [«Las funciones ejecutivas predicen el éxito de los mejores jugadores de fútbol«]. ¿De dónde se sacan lo de que los futbolistas son más inteligentes? Los artículos han medido las funciones ejecutivas en futbolistas suecos de Primera División y de divisiones inferiores. Estas funciones ejecutivas se refieren, según el artículo, a los procesos cognitivos que regulan el pensamiento y la acción, especialmente en procesos no rutinarios. Estos procesos incluyen la resolución de problemas, la planificación, la secuenciación, la atención selectiva y sostenida, la multitarea, la flexibilidad cognitiva y la capacidad de lidiar con la novedad. ¿Es esto lo mismo que inteligencia? Según la Revista de Neurología (REV NEUROL 2010;50:738-746) «inteligencia y funciones ejecutivas se superponen en algunos aspectos, pero en otros no«, así que no son términos intercambiables.
Queda claro que el artículo dice que los futbolistas son mejores en las funciones ejecutivas y que lo de que son más inteligentes ha sido una creación de los periodistas. La verdad es que no es de extrañar que los futbolistas de élite sean buenos en estas funciones ejecutivas, ya que tienen que tener visión espacial, adaptarse a condiciones que cambian rápidamente durante un partido, cambiar de estrategia, y no solo pegarle patadas a un balón. El estudio muestra además que los futbolistas de Primera División son mejores en los tests que miden estas funciones ejecutivas que los de las divisiones inferiores.
Una crítica que ya se le ha hecho al artículo es que se sabe que las capacidades cognitivas se correlacionan con la capacidad aeróbica (ya saben, «mens sana in corpore sano«) así que puede que los mejores resultados obtenidos por los deportistas de élite se deba a su mejor forma física. Además, el estudio se ha hecho con personas que llevan años dedicadas al fútbol, por lo que no queda claro si llegaron a donde están debido a unas mejores funciones ejecutivas, o estas se han desarrollado tras años de entrenamiento.
Lo más interesante del artículo bajo mi punto de vista, y que es lo que refleja el título, es que los autores hicieron un seguimiento de los futbolistas que formaron parte del estudio y vieron que aquellos que obtenían mejores resultados en los tests tenían más éxito después de dos años. Esto podría ser ayudar a la hora de apostar por un futbolista joven.
Espero que haya quedado claro que los futbolistas no son más inteligentes que la media de la población, sino que son mejores en las tareas que les son útiles en el desarrollo de su profesión. Por cierto, el principal test empleado en el estudio no medía las capacidades verbales, probablemente porque en Suecia los futbolistas sueltan las mismas perlas que los de la Liga española.
Moisés García Arencibia
Referencias:
Vestberg T, Gustafson R, Maurex L, Ingvar M, & Petrovic P (2012). Executive functions predict the success of top-soccer players. PloS one, 7 (4) PMID: 22496850