Me entero por Antena3.com (pueden ver el vídeo aquí) de la siguiente noticia:
La prueba de escáner conocida como TAC triplica el riesgo de cáncer en niños. Es lo que se desprende de una investigación coordinada entre Reino Unido y Estados Unidos.
Después de 2 décadas de trabajo en una población de 180.000 niños, el estudio concluye que las radiaciones emitidas con la tomografía axial computarizada aumentan el riesgo de leucemia y los tumores cerebrales en los más pequeños.
A la hora de realizar este tipo de prueba se puede llegar a emitir una radiación hasta 1.000 veces superior que la de una radiografía.
¿En serio? ¿Que un niño se haga un TAC triplica el riesgo de cáncer? ¿Un TAC emite 1000 veces más radiación que una radiografía? ¿No les parece una irresponsabilidad soltar esa noticia y quedarse tan tranquilos después de meterle el miedo en el cuerpo a la gente? Vamos a ver qué dice realmente el trabajo del que habla la noticia, publicado en The Lancet.
La Tomografía Axial Computarizada (TAC) es una prueba médica no invasiva que combina un equipo especial de rayos X con ordenadores sofisticados para producir múltiples imágenes del interior del cuerpo. Se basa en la capacidad de los rayos X de atravesar el cuerpo y ser absorbidos por diferentes estructuras, lo que se refleja en un detector al otro extremo del cuerpo. Las estructuras más densas se verán más blancas en este detector (una película fotográfica en el caso de una radiografía). El TAC proporciona una imagen de más claridad y con más detalle que una radiografía, y los médicos usan esta técnica para diagnosticar cáncer, enfermedades cardiovasculares, enfermedades infecciosas, apendicitis, traumas o trastornos musculoesqueléticos.
Es cierto que la técnica, a pesar de sus ventajas tiene el inconveniente de que el cuerpo se expone a dosis de radiación mayores que con una radiografía pero, ¿1000 veces más altas? Bueno, si comparamos la dosis media que recibe el cuerpo cuando se hace una radiografía del dedo meñique y la que recibe cuando se hace un TAC del abdomen y la pelvis, entonces sí, pero esa comparación no sería justa. Según el propio artículo en The Lancet, la dosis recibida tras una radiografía es unas 10 veces menor que en un TAC. Según la Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos, que se basa en las dosis calculadas por Mettler et al., la dosis recibida por un TAC de la cabeza es 20 veces mayor que por una radiografía del cráneo. Así pues, la dosis recibida tras un TAC no es 1000 veces mayor que tras una radiografía en la misma zona. Una vez aclarado este punto, veamos qué dice realmente el artículo.
Los autores se plantean si el TAC, cuyo uso es cada vez más común, incrementa el riesgo de cáncer en niños y adolescentes, que son más sensibles a la radiación. Se centran en los tumores cerebrales y en la leucemia, ya que son los tipos de cáncer más comunes en los niños, y además el cerebro y la médula ósea son tejidos altamente radiosensibles y además son de los más expuestos en los TAC infantiles. Lo primero que hacen es calcular la dosis estimada de radiación que llega a estos tejidos dependiendo de la edad del paciente, el sexo, y la zona donde se haga el TAC. Como se puede ver en la siguiente tabla, los dosis sobre el cerebro es muy alta tras un TAC cerebral (lógico) pero en cambio son muy bajos o nulos tras un TAC pectoral, abdominal o en una extremidad. La dosis recibida por la médula ósea es también menor en este tipo de TAC. Los autores basan sus conclusiones en los TAC cerebrales, por lo que el estudio no concluye que cualquier TAC cause un aumento del riesgo de cáncer, como parece indicar la noticia de Antena 3.
Entonces, ¿dice el trabajo que un TAC cerebral triplica el riesgo de tumores cerebrales y de leucemia? No. Lo que concluye es que la radiación acumulada tras varios TAC, triplica este riesgo. En el caso de los tumores, la radiación acumulada tras 2-3 TAC cerebrales, y en el caso de la leucemia, tras 5-10 pruebas. Los autores estiman que habrá un caso más de cáncer por cada 10000 niños que se sometan a un TAC cerebral. Además, calculan que hay una probabilidad de que 1 de cada 500 niños que se someta a un TAC abdominal o pélvico o 1 de cada 1000 niños que se someta a un TAC cerebral tienen un aumento del riesgo de tener cualquier tipo de cáncer a lo largo de su vida, si esta fuera de 100 años. Este riesgo es pequeño si se compara con la probabilidad de padecer cáncer. Los autores indican que 1 de cada 3 estadounidenses sufrirá cualquier tipo de cáncer a lo largo de su vida (si esta fuera de 100 años). También es un riesgo pequeño si se compara con los beneficios que puede aportar la técnica si se usa de forma adecuada. En cualquier caso, es un riesgo a tener en cuenta, y los autores recomiendan que se racionalice el uso del TAC, especialmente en niños y adolescentes, y se emplee cuando sea absolutamente necesario y no haya una alternativa.
Sin embargo, noticias como la de Antena3 no hacen más que alimentar el miedo de la gente hacia cualquier cosa que suene a radiación y/o medicina, alimentando las paranoias y dando alas a los seguidores de las pseudoterapias. Ya he podido leer en algunos comentarios en internet diciendo que las radiaciones de los móviles y los microondas son igual de nocivas que las del TAC, pero que los poderes (gobiernos, farmacéuticas, illuminati, …) nos lo ocultan. Estos son los problemas de dar las noticias de forma irresponsable.
Moisés García Arencibia
Referencias:
Pearce, M., Salotti, J., Little, M., McHugh, K., Lee, C., Kim, K., Howe, N., Ronckers, C., Rajaraman, P., Craft, A., Parker, L., & de González, A. (2012). Radiation exposure from CT scans in childhood and subsequent risk of leukaemia and brain tumours: a retrospective cohort study The Lancet DOI: 10.1016/S0140-6736(12)60815-0
Fred A. Mettler, Jr., et al., «Effective Doses in Radiology and Diagnostic Nuclear Medicine: A Catalog,» Radiology Vol. 248, No. 1, pp. 254-263, July 2008.